Nunca solas
Es increíble cómo un programa de televisión puede hacerte revivir momentos que creías haber superado. Llevaba varios días leyendo que TVE emitiría ayer, miércoles, el programa Comando Actualidad titulado "Un paso al frente" dedicado a los militares destinados en misiones internacionales (tenéis el enlace al final del post). También leí que dedicarían una parte de él a las familias, lo que me llevó a tomar la decisón de que no estaba preparada psicológicamente para verlo; no iba a poder evitar llorar, ya no sólo por lo cerca que lo tengo todavía en el tiempo, sino porque empatizas con ellos y lo revives de nuevo. Finalmente lo vi, no pude resistirme. Y lloré. Lloré por los que esperaban en el aeropuerto el regreso, por los que parten ahora de misión y no pasarán la Navidad con sus seres queridos, y por la familia de Aarón (caído en Irak) que no pudo disfrutar de la felicidad de recoger a su hijo y llevárselo sano y salvo a casa.
Con todo esto me di cuenta de que hace un año yo estaba en una situación parecida y, de repente, me vinieron a la cabeza unas personas que se han convertido en esenciales para mí. Las mujeres de compañeros de mi marido, a las cuales fui conociendo a lo largo de las misiones. Mujeres que se convirtieron en un núcleo de apoyo entre sí. Cada una con su historia, con su familia, con sus problemas, pero siempre dispuestas a levantarte el ánimo en uno de tus peores días. Recuerdo noches de desesperación, de pensar que todavía quedaban dos meses para el regreso, y leer un mensaje de alguna diciendo tonterías que te hacían reír y olvidarlo todo. De una llamada de teléfono entre lágrimas y colgar a los 40 minutos con una sonrisa.
Pues eso mismo pasó anoche, teniendo en mente a aquellas que sus maridos están a punto de regresar. Lo que podría llamarse un déjà vu. Móvil en mano, hablando con ellas y recordando momentos especiales que sólo nosotras podemos entender. Y por eso ELLAS son tan importantes, porque a pesar de que tenemos a nuestras familias siempre, sólo nosotras sabemos lo que es, ya que pasamos exactamente por lo mismo. Nos entendemos y apoyamos. Y lo mejor de todo es que esa unión se mantiene en el tiempo, incluso una vez finalizada la misión.
Hoy este post va dedicado a ellas, a mis paracas y a mis mujeres de la guarda. Porque a pesar de que la vida nos lleva ya por caminos diferentes y no nos podemos ver como antes, continúa ese vínculo. Será imposible que nos olvidemos las unas de las otras. Y es muy probable que volvamos a coincidir de nuevo en alguna otra misión. Que no se os olvide nunca que nosotras tenemos durante ese tiempo otra misión: cuidar de la familia en casa mientras los nuestros cuidan de todos fuera de ella.
A las mujeres que lean esto y sus maridos acaben de irse a cumplir con su deber les digo: ánimo, porque la cuenta atrás ya ha empezado. Buscad apoyo en aquéllas que estén como vosotras, porque sin duda lo encontraréis. Al fin y al cabo somos la retaguardia.
http://www.rtve.es/television/20161114/paso-frente/1442802.shtml
Con todo esto me di cuenta de que hace un año yo estaba en una situación parecida y, de repente, me vinieron a la cabeza unas personas que se han convertido en esenciales para mí. Las mujeres de compañeros de mi marido, a las cuales fui conociendo a lo largo de las misiones. Mujeres que se convirtieron en un núcleo de apoyo entre sí. Cada una con su historia, con su familia, con sus problemas, pero siempre dispuestas a levantarte el ánimo en uno de tus peores días. Recuerdo noches de desesperación, de pensar que todavía quedaban dos meses para el regreso, y leer un mensaje de alguna diciendo tonterías que te hacían reír y olvidarlo todo. De una llamada de teléfono entre lágrimas y colgar a los 40 minutos con una sonrisa.
Pues eso mismo pasó anoche, teniendo en mente a aquellas que sus maridos están a punto de regresar. Lo que podría llamarse un déjà vu. Móvil en mano, hablando con ellas y recordando momentos especiales que sólo nosotras podemos entender. Y por eso ELLAS son tan importantes, porque a pesar de que tenemos a nuestras familias siempre, sólo nosotras sabemos lo que es, ya que pasamos exactamente por lo mismo. Nos entendemos y apoyamos. Y lo mejor de todo es que esa unión se mantiene en el tiempo, incluso una vez finalizada la misión.
Hoy este post va dedicado a ellas, a mis paracas y a mis mujeres de la guarda. Porque a pesar de que la vida nos lleva ya por caminos diferentes y no nos podemos ver como antes, continúa ese vínculo. Será imposible que nos olvidemos las unas de las otras. Y es muy probable que volvamos a coincidir de nuevo en alguna otra misión. Que no se os olvide nunca que nosotras tenemos durante ese tiempo otra misión: cuidar de la familia en casa mientras los nuestros cuidan de todos fuera de ella.
A las mujeres que lean esto y sus maridos acaben de irse a cumplir con su deber les digo: ánimo, porque la cuenta atrás ya ha empezado. Buscad apoyo en aquéllas que estén como vosotras, porque sin duda lo encontraréis. Al fin y al cabo somos la retaguardia.
http://www.rtve.es/television/20161114/paso-frente/1442802.shtml
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